El Círculo de Viena (Wiener Kreis en alemán) fue un organismo
científico y filosófico formado por Moritz Schlick (Alemania) en Viena, Austria, en el año 1922 y disuelto definitivamente en 1936. Este
movimiento, con el nombre original de Círculo de Viena para la concepción
científica del mundo, se ocupa principalmente de la lógica de la ciencia,
considerando la filosofía como una disciplina encargada de distinguir entre
lo que es ciencia y lo que no, y de la elaboración de un lenguaje común a todas
las ciencias.
Los
miembros del círculo de Viena publicaron en 1929 su manifiesto programático, en
un opúsculo titulado La visión científica del mundo.
Propusieron
utilizar un lenguaje común que debía ser elaborado por la filosofía, basándose en el lenguaje de la física, por ser
ésta la disciplina científica de mayores avances y la que practicaban
profesionalmente muchos de los miembros del círculo. Para el Círculo de Viena
la filosofía tiene la acepción de una disciplina más bien ligada a lógica y el
empirismo inglés, que define lo relevante de los enunciados. La publicación en
1922 de Ludwig Wittgenstein de su Tractatus
logico-philosophicus
que influyó en los trabajo del Círculo y reafirmó posiciones previas en cuanto
a tratar la ciencia como un conjunto de proposiciones con sentido y relevantes.
El
proyecto del Círculo de Viena comenzó a difundirse a partir de los trabajos de
la revista Erkenntnis dirigida por Rudolf Carnap, en la cual se publicaron los principales aportes de este movimiento. Karl Popper hizo una presentación de su obra La lógica de la investigación científica que influyó en forma importante en el Círculo. Si
bien se identificó con ciertas premisas que están en falsacionismo, nunca se consideró o asoció posteriormente con el Círculo siendo un
crítico de su positivismo.
El
círculo de Viena se disolverá producto de la presión política y ascenso del nazismo en Austria. En 1936 Moritz Schlick sería asesinado por un estudiante Nazi, Johann Nelböck, situación justificada por la prensa alemana de la época. Tras estos acontecimientos, la mayor parte de los
miembros del círculo de Viena escaparon a otros países (principalmente a Estados Unidos) donde seguirán desarrollando su filosofía: el positivismo lógico, pero ya no como un círculo, sino de
manera diseminada.
En 1939 Rudolf Carnap, Otto Neurath y Charles Morris publican la Enciclopedia Internacional de
la Ciencia Unificada. Si bien el empirismo lógico siguió desarrollándose por un tiempo,
este volumen es considerado como el último trabajo realizado por el Círculo de
Viena.
La
filosofía del Círculo de Viena aboga por una concepción científica del mundo, defendiendo el empirismo de David Hume, John Locke y Ernst Mach, el método de la inducción, la búsqueda de la unificación del lenguaje de la
ciencia y la refutación de la metafísica. Esta filosofía es una forma de empirismo y una forma de positivismo
conocida con los nombres de positivismo lógico, neopositivismo, empirismo lógico o neoempirismo, aunque los miembros del Círculo de Viena
preferían llamarlo empirismo consecuente.
El positivismo y el empirismo lógico o neoempirismo no precisaban distinción
alguna, pues disponían de criterios objetivos con los que poder responder: los principios de verificación y de confirmación respectivamente. Sin embargo, tan pronto como se
identifica el conocimiento con el conocimiento probado o confirmado, en cierto
grado surge el escollo de tener que justificar el inductivismo como doctrina legitimadora de las inferencias. De
este escollo se ven libres las concepciones instrumentalistas, que basan la
aceptabilidad en criterios utilitaristas.
Sir Alfred
Jules Ayer (Londres, 29 de octubre de 1910 - ibid., 27 de junio de 1989). Pedagogo y filósofo británico, padre del positivismo lógico. Divulgador en Inglaterra de la obra y de
la filosofía del Círculo de Viena. Su obra principal fue Lenguaje,
Verdad y Lógica, editada en 1936, en ella
defendió las tesis capitales del Positivismo o empirismo lógicos, en particular
la doctrina estricta de la verificación, la separación completa entre
enunciados lógicos (tautológicos) y enunciados empíricos, la imposibilidad de
la metafísica por constituir un conjunto de pseudoproposiciones, es decir, de
enunciados que no pueden ser ni verificados empíricamente ni incluidos dentro
del cálculo lógico y, finalmente, la necesidad de reducir la filosofía al
análisis. En la segunda edición de la mencionada obra, Ayer sometió algunas de
las citadas tesis a revisión. En particular sucedió esto con el Principio de
verificación, que admitió no solamente en un sentido «fuerte», sino también, y
sobre todo, en un sentido «débil», proporcionando, por consiguiente, un
criterio más «liberal» del mismo. Sometió asimismo a revisión su tesis de lo a
priori como puramente analítico tautológico. Finalmente, insistió en los
problemas que plantea el conocimiento empírico. Estos últimos problemas le
condujeron en su obra sobre las bases del conocimiento empírico a un examen a
fondo de los datos de los sentidos (sense data), con la conclusión de no se
trata de estados mentales, pero tampoco de modificaciones de ninguna
substancia, física o biológica.
En su
lección inaugural en Oxford sobre «filosofía y lenguaje», Ayer considera que la
filosofía oxoniense del «lenguaje corriente» no es, ni es deseable que sea, una
pura «filosofía lingüística», sino un análisis del lenguaje en tanto que
describe hechos. De no ser tal, la filosofía lingüística se convertiría en un
fin en sí misma o. mejor, en un medio que pretendería pasar por fin. Pues la
filosofía se debe interesar en las «fotografías» y no sólo en «el mecanismo de
la cámara fotográfica». Por otro lado, la filosofía no debe ni tratar sólo de
hechos, ni sólo de teorías, sino de los «rasgos arquitectónicos de nuestro
sistema conceptual» en tanto que este sistema pretende describir o explicar
hechos. Lo cual marca, como Ayer reconoce, un cierto «retorno a Kant», bien que
a un Kant sin ninguna “antropología a priori”
Entre
otras de sus obras se encuentran "Pensamiento y significación" (1947),
"Los fundamentos del conocimiento empírico" (1950), "El problema
del conocimiento" (1956), "Filosofía y lenguaje" (1961),
"Hume" (1980), "La filosofía del Siglo XX" (1982).
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