miércoles, 20 de noviembre de 2013

El círculo de Viena

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El Círculo de Viena (Wiener Kreis en alemán) fue un organismo científico y filosófico formado por Moritz Schlick (Alemania) en Viena, Austria, en el año 1922 y disuelto definitivamente en 1936. Este movimiento, con el nombre original de Círculo de Viena para la concepción científica del mundo, se ocupa principalmente de la lógica de la ciencia, considerando la filosofía como una disciplina encargada de distinguir entre lo que es ciencia y lo que no, y de la elaboración de un lenguaje común a todas las ciencias.
Los miembros del círculo de Viena publicaron en 1929 su manifiesto programático, en un opúsculo titulado La visión científica del mundo.
Propusieron utilizar un lenguaje común que debía ser elaborado por la filosofía, basándose en el lenguaje de la física, por ser ésta la disciplina científica de mayores avances y la que practicaban profesionalmente muchos de los miembros del círculo. Para el Círculo de Viena la filosofía tiene la acepción de una disciplina más bien ligada a lógica y el empirismo inglés, que define lo relevante de los enunciados. La publicación en 1922 de Ludwig Wittgenstein de su Tractatus logico-philosophicus que influyó en los trabajo del Círculo y reafirmó posiciones previas en cuanto a tratar la ciencia como un conjunto de proposiciones con sentido y relevantes.
El proyecto del Círculo de Viena comenzó a difundirse a partir de los trabajos de la revista Erkenntnis dirigida por Rudolf Carnap, en la cual se publicaron los principales aportes de este movimiento. Karl Popper hizo una presentación de su obra La lógica de la investigación científica que influyó en forma importante en el Círculo. Si bien se identificó con ciertas premisas que están en falsacionismo, nunca se consideró o asoció posteriormente con el Círculo siendo un crítico de su positivismo.
El círculo de Viena se disolverá producto de la presión política y ascenso del nazismo en Austria. En 1936 Moritz Schlick sería asesinado por un estudiante Nazi, Johann Nelböck, situación justificada por la prensa alemana de la época. Tras estos acontecimientos, la mayor parte de los miembros del círculo de Viena escaparon a otros países (principalmente a Estados Unidos) donde seguirán desarrollando su filosofía: el positivismo lógico, pero ya no como un círculo, sino de manera diseminada.
En 1939 Rudolf Carnap, Otto Neurath y Charles Morris publican la Enciclopedia Internacional de la Ciencia Unificada. Si bien el empirismo lógico siguió desarrollándose por un tiempo, este volumen es considerado como el último trabajo realizado por el Círculo de Viena.
La filosofía del Círculo de Viena aboga por una concepción científica del mundo, defendiendo el empirismo de David Hume, John Locke y Ernst Mach, el método de la inducción, la búsqueda de la unificación del lenguaje de la ciencia y la refutación de la metafísica. Esta filosofía es una forma de empirismo y una forma de positivismo conocida con los nombres de positivismo lógico, neopositivismo, empirismo lógico o neoempirismo, aunque los miembros del Círculo de Viena preferían llamarlo empirismo consecuente.
El positivismo y el empirismo lógico o neoempirismo no precisaban distinción alguna, pues disponían de criterios objetivos con los que poder responder: los principios de verificación y de confirmación respectivamente. Sin embargo, tan pronto como se identifica el conocimiento con el conocimiento probado o confirmado, en cierto grado surge el escollo de tener que justificar el inductivismo como doctrina legitimadora de las inferencias. De este escollo se ven libres las concepciones instrumentalistas, que basan la aceptabilidad en criterios utilitaristas.
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Sir Alfred Jules Ayer (Londres, 29 de octubre de 1910 - ibid., 27 de junio de 1989). Pedagogo y filósofo británico, padre del positivismo lógico. Divulgador en Inglaterra de la obra y de la filosofía del Círculo de Viena. Su obra principal fue Lenguaje, Verdad y Lógica, editada en 1936, en ella defendió las tesis capitales del Positivismo o empirismo lógicos, en particular la doctrina estricta de la verificación, la separación completa entre enunciados lógicos (tautológicos) y enunciados empíricos, la imposibilidad de la metafísica por constituir un conjunto de pseudoproposiciones, es decir, de enunciados que no pueden ser ni verificados empíricamente ni incluidos dentro del cálculo lógico y, finalmente, la necesidad de reducir la filosofía al análisis. En la segunda edición de la mencionada obra, Ayer sometió algunas de las citadas tesis a revisión. En particular sucedió esto con el Principio de verificación, que admitió no solamente en un sentido «fuerte», sino también, y sobre todo, en un sentido «débil», proporcionando, por consiguiente, un criterio más «liberal» del mismo. Sometió asimismo a revisión su tesis de lo a priori como puramente analítico tautológico. Finalmente, insistió en los problemas que plantea el conocimiento empírico. Estos últimos problemas le condujeron en su obra sobre las bases del conocimiento empírico a un examen a fondo de los datos de los sentidos (sense data), con la conclusión de no se trata de estados mentales, pero tampoco de modificaciones de ninguna substancia, física o biológica.
En su lección inaugural en Oxford sobre «filosofía y lenguaje», Ayer considera que la filosofía oxoniense del «lenguaje corriente» no es, ni es deseable que sea, una pura «filosofía lingüística», sino un análisis del lenguaje en tanto que describe hechos. De no ser tal, la filosofía lingüística se convertiría en un fin en sí misma o. mejor, en un medio que pretendería pasar por fin. Pues la filosofía se debe interesar en las «fotografías» y no sólo en «el mecanismo de la cámara fotográfica». Por otro lado, la filosofía no debe ni tratar sólo de hechos, ni sólo de teorías, sino de los «rasgos arquitectónicos de nuestro sistema conceptual» en tanto que este sistema pretende describir o explicar hechos. Lo cual marca, como Ayer reconoce, un cierto «retorno a Kant», bien que a un Kant sin ninguna “antropología a priori”
Entre otras de sus obras se encuentran "Pensamiento y significación" (1947), "Los fundamentos del conocimiento empírico" (1950), "El problema del conocimiento" (1956), "Filosofía y lenguaje" (1961), "Hume" (1980), "La filosofía del Siglo XX" (1982).


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